sábado, 10 de octubre de 2009

CINE FORO: COMER, BEBER, AMA

FORISTAS: Carolina Ocampo y Nicolás Matayoshi
CICLO: Degustando Cine

COMER, BEBER, AMAR


El Centro Cultural de la Universidad Continental, invita a todo el público a sus sesiones de Cineforo. El ciclo para el mes de octubre está dedicado a la gastronomía, a los placeres de la comida en el cine y proyectaremos en la segunda fecha de este ciclo una historia de cocina a través de los ojos del Chef Chu, de Ang Lee en: Comer, beber y amar, que será comentada por los poetas Carolina Ocampo y Nicolás Matayoshi. La cita es este lunes 12 de octubre, a las 7:00 pm. en la Sede Central, Calle Real 125 Huancayo. El ingreso es libre.



Comer, beber, amar - yǐn shí nán nǚ (Taiwán, 1994, 123 min.)
Ang Lee hace en este filme un excelente y conmovedor retrato de la vida del maestro cocinero Chu (Si Hung Lung), semiretirado y viudo, y su familia, compuesta por tres hijas, que viven en el moderno Taipéi en Taiwán, y que están en un punto de quiebre debido a sus diferencias personales y la ominosa presencia de la modernidad, que ha comenzado a socavar las raíces de la familia taiwanesa tradicional. La presencia episódica de la Gastronomía China Tradicional, de la cual Chu es tanto maestro como heredero de cientos de años de conocimientos en esta disciplina, actúa como el perfecto trasfondo para los personajes, y es una metáfora de una forma de vida que desaparece rápidamente, amenazada por la comida rápida y los cambios en los valores familiares. Lee evita sin embargo caer en la tentación de hacer una obra más bien empalagosa, con escenas edulcoradas para mostrar los conflictos, y le otorga a la narración un tono de comedia que permite aliviar la carga dramática, centrando la actuación en gestos sutiles y acertados diálogos que refuerzan la agilidad de la historia. La premisa básica de la película es que el cambio, que afecta a todos los personajes durante el transcurso de la trama, no sólo es inevitable sino también necesario. No obstante, los antiguos valores deben aún ser apreciados y pasados a las siguientes generaciones, ya que constituyen los cimientos que dan sentido y significado a un tipo de vida que asimila la felicidad con ítemes desechables y el éxito económico. Para la mayor parte de la familia, el cambio consiste en encontrar el amor o recuperar la fe que se ha perdido en él, y el proceso se lleva a cabo ya sea por mero azar, como el caso de la hermana menor, ya sea por atreverse a expresar nuevamente sentimientos, como ocurre con la mayor de las hermanas, o redescubriendo y asimilando los conocimientos heredados por el padre, como es el caso de la hija que ha dedicado su vida a buscar el éxito profesional, involucrándose en una relación utilitaria y sin mayor incentivo que el sexo. Las formas de la comida China tradicional, y sus implicaciones rituales, como medio de reunir a las personas en torno a una actividad esencial para la vida, son las que permiten la necesaria reconciliación entre Chu y su familia, y al obrar de esta manera, la tradición puede a su vez reconciliarse con la modernidad.

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